25 años sin Bonzo
Ayer, 25 de septiembre, se cumplió un cuarto de siglo de la muerte de John Bonham. Con su desaparición el grupo de rock más importante de la historia se disolvió. Desde 1980 Led Zeppelin sólo ha vuelto a tocar como grupo en un escenario un par de veces; a pesar de los eternos rumores de su regreso con el hijo de Bonzo, Jason, a la batería.Bonham es, Page y Plant lo saben, irremplazable. La furia que reflejaba en los directos, su locura, su aspecto de juerguista... todo combinado con una profunda timidez; llevó al baterista a conseguir con su instrumento sonidos irrepetibles, cambios de ritmo y solos (Moby Dick) imposibles. Precisamente dicha timidez sumió a Bonham en el infierno del alcohol para enfrentarse a las largas giras y los grandiosos shows de Led Zeppelin. Y el alcohol le mató. Tras beber cuarenta medidas de vodka amaneció muerto por asfixia en la casa de Jimmy Page, donde el grupo ensayaba su inminente tour.
Bonzo estará de juerga en algún lugar que desconocemos, brindando y riéndose a carcajada limpia junto con Keith Moon, el batería de The Who. Pero hoy se pasó por mi casa cuando puse a sonar el vinilo Led Zeppelin II en mi reproductor. Que brinde en paz.





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